El Cine de los Años 30

Tras las primeras experiencias sonoras de la Warner, y especialmente tras la exhibición de la primera película considerada sonora, El cantor de jazz (1927), de Alan Crosland, el sonido provocó una reacción en cadena, desde los estudios hasta las salas de proyección, influyendo en la producción, en la creatividad y en la repercusión social de las estrellas.


La década de los años 30 comienza con una trágica noticia para el cine fantástico, un cáncer acaba con la vida del mítico Lon Chaney con sólo 47 años. El suceso obliga a Tod Browning a buscar a un sustituto para el papel protagonista de Drácula, que inicialmente iba a protagonizar Chaney. Finalmente, se escoge al húngaro Bela Lugosi, que llevaba varios años interpretando el papel en Broadway. El éxito no se hizo esperar, y proporcionó sustanciales beneficios a la productora. Por ello, Carl Laemne que había fundado la Universal Film Manufactory Company en 1915, decide explotar el filón, y producir numerosos largometrajes de terror durante los siguientes años.

Drácula (1931)

Frankenstein (1931)
De hecho, ese mismo año (1931), se estrena Frankenstein, dirigida por James Whale. Lugosi rechaza el papel de monstruo, que recae en Boris Karloff. En los siguientes años, muchas son las películas de terror con las que nos obsequia la Universal. Los actores se especializan dentro del género. Mientras Lugosi y Karloff interpretan a los malos, David Manners y Colin Clive son los héroes, Helen Chandler o Mae Clark son sus parejas, Edward Van Sloan es el sabio profesor que ayuda al dúo protagonista, y si hay algún secundario jorobado o de tono humorístico, será para Dwight Frye.
Se estrena la Momia en 1932, el Hombre Invisible en 1933, y la Novia de Frankenstein en 1935. La productora, como reclamo para el público, une a Karloff y a Lugosi en Satanás (1934) por vez primera. La pareja volvería a coincidir en varios films posteriormente. Pero esta explotación intensiva que hace la Universal acaba por cansar al público, lo que provoca la caída progresiva de la fama de sus estrellas y su largometrajes durante la década. En 1941, la productora intenta resucitar sus éxitos con el Hombre Lobo, protagonizada por Lon Chaney Jr., hijo de la estrella del cine mudo.

El Hombre Invisible (1933)

King Kong (1933)

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